Una descripción es el retrato literario de cuanto el narrador puede ver o saber sobre un personaje, un paisaje, etc. Es lo más parecido a una fotografía con palabras. Tradicionalmente se dice que una imagen vale más que mil palabras, y no es errónea esa expresión, puesto que si tuviésemos de describir con palabras sentimientos o sensaciones que tenemos ante ciertos momentos, usaríamos más de esas mil palabras.
En ella se debe mostrar la mayor cantidad de características de lo descripto, y destacar las más importantes, ordenándolas de la forma más conveniente. Para ello, hemos de emplear cuantos recursos literarios estén en nuestras manos para hacer que el lector tenga la mayor cantidad de información sin estar presente ante la puesta de sol que queremos describir, nuestra mascota o el olor de la panadería de debajo de tu casa a primera hora de la mañana
SEGUN LO DESCRITO
ETOPEYA
Es una figura literaria que describe el caracter acciones y costumbres de una persona atravez de sus propias palabras para eso utilizamos el dialogo o el monologo para que el personaje hable por si mismo.
CARACTERISTICAS PRICIPALES
En la etopeya imaginamos las palabras de una persona y las reproducimos. Nos inventamos su carácter. Viene a ser como el moderno monólogo dramático. Por ejemplo, "¿qué palabras pronunciaría Isabel la Católica al conquistar Granada?
El carácter que le demos puede ser histórico, legendario o literario o enteramente ficticio; en este último caso se le llama prosopopeya. Si se hace imitando a algún fallecido se denomina idolopeya.
RETRATO
Atiende a la caracterización de personajes por sus rasgos físicos y psíquicos.
tambien esta
EL AUTORRETRATO.
•Se refiere al retrato que hace de sí mismo un escritor.
•Ampliar con especulaciones estilísticas.
PROSOPOGRAFIA
Es la descripción física de una persona. Nos fijamos en las características físicas (no psicológicas) de una persona
Veamos un ejemplo de prosopografía en la obra La Regenta de Leopoldo Alas “Clarín”
(Descripción física de un sacerdote) “Era don Cayetano un viejecillo de setenta y seis años, vivaracho, alegre, flaco, seco, de color de cuero viejo, arrugado como un pergamino al fuego, y el conjunto de su personilla recordaba, sin que se supiera a punto fijo por qué, la silueta de un buitre de tamaño natural; aunque, según otros, más se parecía a una urraca, o a un tordo encogido y despeluznado. Tenía sin duda mucho de pájaro en figura y gestos, y más, visto en su sombra. Era anguloso y puntiagudo, usaba sombrero de teja de los antiguos, largo y estrecho, de alas muy recogidas, a lo don Basilio, y como lo echaba hacia el cogote, parecía que llevaba en la cabeza un telescopio; era miope y corregía el defecto con gafas de oro montadas en nariz larga y corva. Detrás de los cristales brillaban unos ojuelos inquietos, muy negros y muy redondos. Terciaba el manteo a lo estudiante, solía poner los brazos en jarras, y si la conversación era de asunto teológico o canónico, extendía la mano derecha y formaba un anteojo con el dedo pulgar y el índice.”
CARICATURA
Es el retrato deformado en el que se exageran los rasgos más llamativos del personaje, ya sean físicos o psicológicos con un fin jocoso / o burlesco. Como la realizada por Mariano José de Larra en Nochebuena de 1836:
“Mi criado tiene de mesa lo cuadrado y el estar en talla al alcance de la mano. Por tanto es un mueble cómodo; su color es el que indica la ausencia completa de aquello con qué se piensa, es decir, que es bueno; las manos se confundirían con los pies, si no fuera por los zapatos y porque anda casualmente sobre los últimos, a imitación de la mayor parte de los hombres; tiene orejas que están a uno y otro lado de la cabeza como los floreros en una consola, de adorno, o como los balcones figurados, por donde no entra ni sale nada; también tiene dos ojos en la cara; él cree ver con ellos, ¡qué asco se lleva!”
Topografía: Desarrolla la descripción de un paisaje. Veamos un ejemplo en la descripción que realizó Gabriel García Márquez sobre Macondo en Cien años de soledad.
“Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. En pocos años Macondo fue la aldea más ordenada y laboriosa que cualquiera de las conocidas hasta entonces por sus tres cientos habitantes. Era de verdad una aldea feliz, donde nadie era mayor de treinta años y donde nadie había muerto.”
RECURSOS TÉCNICOS:
EL PUNTO DE VISTA: descriptor omnisciente, descriptor observador...
LA PERSPECTIVA: oblicua, cenital, frontal, traveling, zoom, panorámica...
EL ENFOQUE: realista, surrealista, impresionista...
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